Los enemigos muchas veces no existen, las personas que nos rodean, o nosotros mismos con nuestras acciones hacemos que estos aparezcan y se conviertan en fantasmas que rondan nuestras vidas, lean cuidadosamente lo que dice Sam Keen.
La creación de un enemigo
Para crear un enemigo toma un lienzo en blanco y esboza sobre él las figuras de hombres, mujeres y niños.
Dibuja en el rostro de tu enemigo la envidia, el odio, la crueldad que no te atreves a admitir como propias.
Ensombrece todo asomo de simpatía en sus rostros.
Deforma su sonrisa hasta que parezca el aspecto tenebroso de una mueca de crueldad.
Arranca la piel de sus huesos hasta que asome el esqueleto inerte de la muerte.
Exagera cada rasgo hasta transformar a cada ser humano en una bestia, una alimaña, un insecto.
Llena el fondo del cuadro con todos los demonios y figuras malignas que alimentan nuestras pesadillas ancestrales.
Cuando hayas acabado el retrato de tu enemigo podrás matarlo y descuartizarlo sin sentir vergüenza ni culpa alguna.
Porque entonces lo que destruirás se habrá convertido en un enemigo de Dios o en un obstáculo para la sagrada dialéctica de la historia.
Sam Keen
Sam Keen
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